Dos formaciones que se proponen salvar a Cataluña de una supuesta catástrofe financiera, UDC y CiU, están sumidas en un cataclismo económico a causa de su desastrosa gestión económica. Sólo salen adelante gracias a su estrecha alianza con los poderes financieros. Su nivel de endeudamiento es muy superior al del resto de partidos políticos catalanes y españoles
Como es sabido, el Tribunal de
Cuentas (TCU), por fin, ha actualizado su información sobre las cuentas de los
partidos políticos en los ejercicios 2009-2011. Ha sido, sin duda, consecuencia
de la presión de la opinión pública ante las permanentes noticias sobre la
financiación irregular del PP y su contabilidad B.
Pero hoy deseamos
resaltar el estado de las cuentas de uno de los partidos que gobiernan
Cataluña: Unió Democrática (UDC). Porque parece advertirse un elevado grado de
opacidad que, siguiendo el análisis del TCU, podríamos calificar de deliberado.
Eso sí, mientras participa, con mayor o menor intensidad, en el confuso
proceso sobre el llamado derecho a decidir. Derecho que debería haberse
dedicado hace tiempo a sanear las oscuras cuentas del partido; porque ciertamente, no se sabe muy bien
quien “decide” en dicha formación, si sus dirigentes o sus acreedores. Por otra
parte, el TCU continúa ocultando cuales son las entidades de crédito que tan
generosamente financian a los partidos y especialmente a UDC.
Llama poderosamente la atención el
elevadísimo grado de endeudamiento financiero de UDC:
2009
13.602.518,27 euros
2010 14.110.547,27 euros
2011 16.276.780,13 euros
Ello refleja una actividad
política y electoral que, por razones que desconocemos, está muy por encima de
su capacidad económica y genera una subordinación respecto de los poderes
financieros.
Pero además el TCU describe una
operación en la que es preciso detenerse. En el ejercicio 2011 UDC, “concertó una operación
crediticia" por importe de 5.847.338,74 de euros, con la que se canceló una
operación de 3,6 millones de euros de principal y 1.085.457,19 de euros por
intereses devengados y no vencidos, intereses de demora y comisión de
cancelación. Sin embargo, el día siguiente a la concertación de la citada
operación crediticia, la entidad financiera realizó un abono de 489.170,50 de euros
a favor del partido sin que el partido haya facilitado el motivo de este
abono. En el extracto
bancario figura como "regularización operación préstamos".
Sin que
se haya aportado documentación suficiente sobre la citada operación de
“refinanciación”, continúa el TCU, UDC ha incumplido lo dispuesto sobre los
acuerdos de los partidos "respecto de las condiciones de la deuda
mantenida con entidades de crédito". Aunque
en el texto donde el TCU describe
dicha operación no es precisamente un modelo de información transparente, es
decir inteligible para cualquier ciudadano, según expertos consultados, parece
deducirse que UDC ha conseguido de una entidad de crédito que el TCU no
precisa, un crédito de 4,3 millones con el que ha cancelado otro por el que
debía en total 4,7 millones y la diferencia la ha cancelado con cargo a una misteriosa "regularización
operación préstamos", de alcance desconocido, operación que, si no se
justifica debidamente podría encubrir una donación. Donación que, de ser
cierta, estaría absolutamente prohibida. Es Duran i Lleida quien debería aclarar
algo que ni el TCU es capaz de exponer con nitidez.
Pero el TCU desvela un dato más
que podría vincularse a supuestos de corrupción y que en los respectivos
Parlamentos debería aclararse, con independencia de que la Fiscalía actuase. El TCU dice que “Dos de los
donantes (a UDC por un importe total de 270.000 euros) tenían contratos
suscritos o percibían subvenciones de las Administraciones Públicas,
incumpliendo lo establecido en el Art. 4.2.c) de la Ley Orgánica de
Financiación de Partidos”.
¿Está recibiendo Unió Democrática de Cataluña (UDC) donaciones similares a las investigadas y perseguidas por el caso Gürtel? ¿Quiénes son los donantes y qué contraprestación han recibido?
Las preguntas que se plantean son
obvias. ¿Son supuestos similares a las donaciones investigadas y perseguidas en
el caso Gürtel? ¿Quiénes son los donantes y qué contraprestación han recibido?
Además de otras muchas
irregularidades advertidas por el TCU, es muy preocupante que la sociedad civil
catalana desconozca que uno de los partidos que gobierna Cataluña y la propia
coalición gobernante -con la participación de Convergencia Democrática (CDC)-,
están absolutamente endeudados,
muy por encima del resto de los partidos catalanes y españoles.
Mientras, malgastan el dinero
público estudiando supuestos agravios procedentes de España el “patrimonio neto negativo” de ambos es
el siguiente:
UDC 2009
-8.044.676,69 euros
2010 -10.239.151,31 euros
2011 -11288.910,58 euros
CiU 2009 -10.694.893,96 euros
2010 -12.214.854,08 euros
2011 -10.184.954,65 euros
Ello expresa que lo que deben es
mucho mayor que lo que tienen. O dicho de otra manera, que su pasivo (las
deudas con los bancos, con la seguridad social, con hacienda, etc.) es superior
a su activo (el dinero que tienen, sus depósitos en los bancos, el valor de sus
inmuebles, lo que le deben terceros, etc.). Concluyendo: son absolutamente
insolventes.
Lo que quiere decir que ambas
formaciones, que se proponen salvar a Cataluña de una supuesta catástrofe
financiera, están sumidas en un cataclismo económico a causa de su desastrosa
gestión económica de la que sólo salen adelante gracias a su estrecha alianza
con los poderes financieros. Es urgente que los ciudadanos catalanes derroten democrática y
definitivamente las proclamas soberanistas y derechistas y, por tanto,
engañosas, de esos dirigentes. Porque ciertamente, esos ciudadanos saben o
deben saber que, ante sus necesidades económicas más o menos perentorias, nunca
recibirán de los Bancos el trato privilegiado que otorgan a los dirigentes de
CiU y de UDC.
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