miércoles, 23 de marzo de 2016

Intervención de Paolo Vacca en el acto ‘Europa ante la crisis de los refugiados: una respuesta federal y solidaria’

Los europeos necesitamos aceptar que la emigración no es un hecho aislado sino un fenómeno estructural que permanecerá en Europa por largo tiempo. La gente que llega no sólo viene por problemas económicos sino huyendo de guerras que les empujan a huir. Europa tiene la obligación legal, ética y la responsabilidad moral y política de acogerlos. Poner en marcha soluciones efectivas a la crisis migratoria y avanzar en la integración política europea son dos caras de la misma moneda 




(Este texto es una transcripción de la primera parte de la intervención del secretario general de la UEF (Union of European Federalists) en el acto organizado por Federalistes d’Esquerres en el CCCB el 11 de marzo de 2016)



En primer lugar, quiero agradecer la organización de este acto. El debate en Europa respecto a la emigración y los refugiados es un debate que se está desarrollando en negativo. Es un debate que está dominado por el miedo, el nacionalismo y el egoísmo nacional. Creo que es muy importante que las organizaciones de la sociedad civil organicen encuentros donde se discutan propuestas positivas, porque una solución solidaria y europea es posible.
Quiero comenzar introducir algunos aspectos necesarios para el debate.
La crisis de los refugiados es compleja porque tiene muchas caras. Es la crisis de los refugiados, personas desesperadas que intentan entrar en Europa. Es la crisis de los estados miembros que se ven incapaces de encontrar las herramientas para afrontar la crisis. Es la crisis de la Unión Europea que no tiene los instrumentos adecuados para resolverla. Al mismo tiempo, es la crisis de la sociedad europea que se ve incapaz de mirar más allá de la propia sociedad nacional, que mira la inmigración con miedo. Debido a las múltiples caras de la crisis, el problema sólo se puede resolver buscando la solución para cada uno de componentes.
Hoy en día hablamos de crisis porque pensamos que los años 2015 y el 2016 han sido muy críticos pero cuando dentro de unos años miremos hacia atrás nos daremos cuenta que no lo han sido en relación a los flujos migratorios que están todavía por venir. Los europeos necesitamos aceptar que la emigración no es un hecho aislado del último año, sino un fenómeno estructural que permanecerá en Europa por largo tiempo, ya que muchos países de nuestro entorno tienen estados fallidos y África tiene muchos problemas de superpoblación importantes. Durante los próximos veinte años estas personas seguirán mirando a Europa como el lugar donde vivir. La emigración no desaparecerá al final de este año, es un fenómeno natural y necesitamos encontrar la manera de gestionarlo a largo plazo.
Cuando miramos la manera de solucionar la crisis migratoria hay varios aspectos que no podemos perder de vista.
El primero es que la mayor parte de la gente que está viniendo a Europa huye de la guerra. Si miramos a los refugiados que ha llegado desde principios de enero, el 85% viene de Siria, Afganistán e Irak, países destruidos por conflictos letales. El 15% restante llegan del norte y centro de África, aunque no son de países en guerra, están en situaciones civiles extremas. Es decir, la gente que llega a Europa no sólo viene por problemas económicos buscando un futuro mejor sino huyendo de guerras que los empujan a huir. Europa tiene la obligación legal y ética y la responsabilidad moral y política de acogerlos en Europa, de modo que puedan integrarse en la sociedad europea.
El segundo aspecto a remarcar es que Europa tiene mucha responsabilidad en la grave situación que se está viviendo porque ha abandonado a su suerte el norte de África y el Próximo Oriente, particularmente Siria. Estos conflictos tardarán en resolverse y llevará tiempo estabilizar sus economías.
El tercer aspecto a tener en cuenta es que los números son gestionables. En el debate, hay gente obsesionada con la cantidad de refugiados, por el miedo a que los refugiados invadan Europa. Pero en 2015 las llegadas han sido de poco más de un millón o un millón y medio de personas que representan un 0,2% de la población europea, en un continente con 500 millones de habitantes. Los números son manejables si los europeos manejan juntos esta situación.
Si miramos las posibles respuestas a la llegada de emigrantes, vemos que no existen soluciones nacionales, por muchas razones: hay países más expuestos como Italia y Grecia que no tienen capacidad para absorber por sí mismos el número de refugiados acampados en su suelo y que de acuerdo con la ley europea actual tienen la obligación de acoger. Pero incluso países como Alemania, que es el país donde los refugiados mayoritariamente quieren ir, no pueden absorber un millón de personas por sí mismos. No hay ningún país en Europa que pueda hacerlo en tan poco tiempo, ni los países del sur, que dónde llegan, ni los países del centro y norte dónde quieren ir.
Per tanto, no hay soluciones nacionales ni soluciones seguras. Algunos políticos en Europa creen que la solución para la crisis es construir barreras o muros para mantener los refugiados fuera de la Unión Europea o levantar barreras entre países vecinos. El problema no desaparecerá de esta manera ni tampoco empujándolos a los países vecinos porque no se pueden construir barreras a todo lo largo del mediterráneo.
Necesitamos pensar en soluciones europeas colectivas que vayan a la raíz del problema, no basadas solo en la perspectiva de seguridad, sino también en los aspectos de integración en el suelo europeo y compartidas para toda Europa.
Uno de los problemas más importantes es que actualmente Europa no tiene las herramientas, ni el poder ni los recursos para dar unamejor respuesta que la nacional. Frente a la ausencia de una solución europea, en la mente de la población se instaura la idea de que las únicas soluciones sean las nacionales.
La UE está intentando hacer dos cosas, las dos muy limitadas. Está intentando negociar con Turquía. Hay una propuesta sobre la mesa que será discutida la próxima semana en el Consejo Europeo, que básicamente consiste en deportar refugiados desde Grecia a Turquía para evaluar en Turquía cuáles tienen el derecho de asilo y redistribuirlos por Europa en un limitado número en relación al número total de refugiados. Pienso que esta negociación está fuera de las obligaciones internacionales de la UE y no funcionará. La segunda opción que la UE está intentando hacer es intentar construir un sistema europeo de guardia fronteriza y de costas que pueda intervenir en situaciones de crisis para ayudar a los países fronterizos. Es una iniciativa que va en la buena dirección pero solo tiene en cuenta los aspectos de seguridad de la crisis y por el momento es muy limitada en recursos en términos de nivel europeo.
Entonces, ¿Cuáles son las propuestas de la UE basadas en la solidaridad y en el federalismo? Necesitamos ayudar a los países de origen de los refugiados. Si no ayudamos a Siria a estabilizarse y reconstruirse, los sirios seguirán escapando a los países vecinos. Si no ayudamos a Libia a reconstruir la sociedad y a estabilizar su política, seguirá siendo la puerta para enviar refugiados hacia Europa. Europa necesita responsabilizarse de la estabilización económica y política de los países del Mediterráneo que ahora están de facto en una guerra civil.
En segundo lugar, necesitamos construir un sistema europeo para gestionar las fronteras europeas todos juntos. Hemos abolido las fronteras internas y sus controles de manera que los ciudadanos pueden viajar libremente por Europa pero las fronteras externas siguen gestionándose a nivel nacional. Cuando ciertos países están expuestos a presiones particulares son incapaces de gestionar sus propias fronteras por sí mismos. Es importante que a nivel europeo se progrese en construir un sistema para gestionar juntos nuestras fronteras y ayude a gestionar la afluencia de refugiados a Europa. No es fácil des del punto de vista logístico, pero los federalistas europeos pensamos que la frontera global podría gestionarse integrando las fuerzas de los diferentes países miembros.
La tercera propuesta desde la perspectiva federalista y solidaria es crear rutas legales de entrada para los refugiados. Los refugiados tienen derecho a entrar en Europa de forma legal, sobre todo cuando tienen el derecho de asilo. Necesitamos organizar mecanismos para poder solicitar el asilo en las áreas en crisis y promover el transporte a Europa de una forma legal y organizada por toda la Unión Europea. En las últimas cuatro semanas, Canadá ha trasladado des esta manera desde Grecia 25.000 refugiados a los que había decidido asilar.
En cuarto lugar, necesitamos un sistema para redistribuir entre los países miembros, a los refugiados que lleguen a Europa. Actualmente el 80% se concentra en Alemania y necesitamos realojarlos en otros países europeos, teniendo en cuenta las características poblacionales, la capacidad económica así como las preferencias de los refugiados. En estos momentos la Unión Europea está discutiendo la reubicación de 160 mil refugiados en dos años que es solo el 10% de la gente que ha llegado en un año. Necesitamos un mayor esfuerzo para realojar, bajo principios europeos, a todos aquellos que han llegado y llegarán a la UE.
La última propuesta es que necesitamos implementar planes de integración, ya que la llegada masiva de refugiados en tan poco tiempo produce un shock en la sociedad. Necesitamos planes de integración en políticas de mercado laboral y de integración en las diferentes sociedades nacionales. La integración no vendrá de forma natural, necesita ser organizada y necesita instrumentos a nivel nacional y europeo.

Es natural que nos preguntemos si la Unión Europea será capaz de hacer todo esto. Obviamente, existen grandes dudas porque la UE actualmente no tiene ni el poder ni los recursos para adoptar las soluciones que estamos proponiendo. No tenemos un gobierno a nivel europeo que pueda gestionar la crisis en sus diferentes aspectos, tampoco tiene competencias ni recursos y nos falta tiempo para encontrar soluciones europeas. El avance en las soluciones planteadas y en la política europea son las dos caras de la misma moneda. Si Europa avanza en la integración política y se dota del poder, los recursos y la estructura de gobierno para poder tomar las medidas correctas, resolveremos el problema. Por el contrario, si no se avanza en la integración de sus políticas, las soluciones tampoco progresarán.

Ver el acto en vídeo:



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