Las fundaciones de CDC, UDC, ERC e ICV recibieron un total de 711.335 euros en subvenciones entre 2011 y 2013 de parte de los ministros José Ignacio Wert y José Manuel García-Margallo. Una forma de financiación pública opaca y poco conocida por la ciudadanía que representa la principal fuente de ingresos de estas cuatro formaciones que propugnan la ruptura con el mismo Estado que les financia de una forma poco transparente
El 12 de diciembre pasado ocurrieron dos
acontecimientos políticos en apariencia radicalmente contradictorios. Por una
parte, Oriol Junqueras, Artur Mas, Joan Herrera y otros acompañantes acordaron
celebrar un supuesto referéndum sobre una supuesta consulta con dos supuestas
preguntas. En esa misma fecha, el BOE publicaba una Orden del ministro José Ignacio Wert,
tan derechista como abominable, en la que otorgaba subvenciones económicas a
las fundaciones de estos mismos partidos soberanistas. El objeto de la subvención, se
especificaba, era para “el estudio y desarrollo de pensamiento político, social y
cultural”.
Una expresión más, a mi entender, de la doble faz del
soberanismo, de aquellos mismos que luego repudian al Estado español y al
Gobierno del PP.
Las prebendas a los partidos políticos de parte del Estado, y procedentes de los impuestos de todos, vienen de lejos y ha sido denunciada recientemente por el Consejo de Europa
Lo mas grave, sin embargo, es que estas prebendas, procedentes
de los impuestos de todos los españoles- incluidos los catalanes-, vienen de
lejos. Las cuatro Fundaciones de dichos partidos, por ceñirnos a los últimos
tres años (2011, 2012 y 2013) recibieron un total 711.335 euros: 534.515 del
Ministerio de Cultura, ahora
Educación, y 176.819 de Asuntos Exteriores, es decir, del ministro José Manuel García-Margallo.
Sumas que se distribuyeron de la siguiente forma: la
Fundación Catdem, de CDC, percibió 363.711 euros; la Fundación Miquel Coll i
Alentorn, de UDC, 124.945; la Fundación Josep Irla, de ERC, 132.724; y la Fundación Nous Horitzons, de ICV,
89.953.
En definitiva, una forma de financiación pública poco
conocida por la ciudadanía que, por lo general, está envuelta en un cierto
grado de opacidad como denunció recientemente el Consejo de Europa.
Partidos que desarrollan su actividad política
gracias, en buena parte, a los fondos públicos del Estado (Gobierno, Instituciones
Autonómicas, Diputaciones y Ayuntamientos), al que tanto detestan, pero que representan la mayor
proporción de sus ingresos para asegurarles su funcionamiento ordinario y las
medidas de seguridad.
La suma total de estas aportaciones en los ejercicios
2009, 2010 y 2011 es la siguiente:
CDC 5.495.590
euros
UDC 1.845.672
euros
CiU 30.475.027
euros
ERC 13.877.504
euros
ICV 10.397.780
euros
Un total
de 62.091.573 euros, suma más que relevante para financiar durante tres años a
tres partidos autonómicos, que ahora pretenden justificar falsamente la ruptura
con el Estado que tan generosamente ha obrado con ellos.
Pero aquí no queda todo. En cada proceso electoral-
general, autonómico o local- los partidos citados han recibido generosas subvenciones
públicas para el mantenimiento de las respectivas campañas electorales. Las
sumas globales de los ejercicios
anteriores corresponden a:
CiU 5.035.827
euros
ERC 3.235.722
euros
ICV 2.499.020
euros
Los partidos soberanistas CiU, EUIA, ICV y UDC están altamente endeudados y han presentado en los últimos ejercicios un “patrimonio neto negativo”: carecen de bienes para hacer frente a sus inmensas deudas. Están prácticamente bajo el control de sus acreedores
Pero la capacidad de la política española y catalana
para convertir en el centro de la política la consecución de dinero, al coste
que sea, ha llevado a los partidos a una situación crítica, como ya ha
advertido el Tribunal de Cuentas (TCU). Resulta altamente preocupante que gran
parte los partidos soberanistas - CiU, EUIA, ICV y UDC- presenten en todos
aquellos ejercicios un “patrimonio neto negativo”, es decir, que carecen de
bienes para hacer frente a sus inmensas deudas. Están, prácticamente, bajo el
control de sus acreedores, el poder financiero.
Este era el estado de sus deudas con las entidades de
crédito en el ejercicio 2011:
CDC 3.607.972
euros
UDC 16.276.780
euros
CiU 12.609.005
euros
ERC 2.482.162
euros
ICV 16.136.909
euros
Por esta razón, el TCU ha exigido a CiU y a ICV un
plan de saneamiento financiero que les permita salir de esta grave situación.
La cruda realidad es que CiU y su aliado ERC, imponen
durísimas medidas neoliberales de privaciones de derechos sociales, mientras
ellos desarrollan una actividad
económica, a través de préstamos hipotecarios y otras operaciones crediticias,
que le son negadas a la inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña. Con este
grado de cinismo controlan y propugnan una Cataluña supuestamente libre.
CiU y ERC imponen durísimas medidas neoliberales de privaciones de derechos sociales, mientras ellos desarrollan una actividad económica, a través de préstamos hipotecarios y otras operaciones crediticias, que le son negadas a la inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña
En las leyes de financiación de los partidos se
dispone que en el sistema de obtención de ingresos por estos se combine
“suficiencia y austeridad como el mejor antídoto contra la financiación
irregular”. Pero, el Parlamento, bajo el control del PP, con el incondicional
apoyo en esta materia de CiU y PNV, continúa cerrando los ojos ante las
consecuencias del actual coste económico de la política que hace tiempo está
provocando un flujo oculto e ilícito de dinero hacia los partidos. En el pasado
se adoptaron acuerdos parlamentarios, como el de “contención y disminución del
gasto electoral”, que de haberse cumplido, habrían facilitado acabar con la
financiación privada y, en particular, la proporcionada por las entidades de
crédito. Pero, nadie cumple estos acuerdos ni responde de su incumplimiento.
Ya veremos qué sucede cuando se incorpore al Código
Penal, el acuerdo del Congreso de Diputados para establecer un delito
específico que persiga la financiación ilegal de los partidos políticos que fue
adoptado con fecha de 14 de marzo de 2013.
En este contexto de endeudamiento excesivo de los partidos en el marco de una regulación contemporizadora de su financiación privada, no es de extrañar que se produzca un incremento de la criminalidad de los gobernantes con un considerable grado de impunidad.
En este contexto de endeudamiento excesivo de los partidos en el marco de una regulación contemporizadora de su financiación privada, no es de extrañar que se produzca un incremento de la criminalidad de los gobernantes con un considerable grado de impunidad.
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