La llave escocesa para abrir la puerta de la Unión Europea a otros territorios secesionistas, no ha sido más que una entelequia. La versión oficial es que no tiene por qué influir en el ‘procés'. Lo de siempre: si el chico es listo, se parece al padre; si sale tonto, la culpa es del maestro
Pues los escoceses se han rajado. El
anunciado duetto de tenora y gaita se
va a convertir, en el mejor de los casos, en un solo. La llave escocesa para abrir la puerta de la Unión Europea a
otros territorios secesionistas, no ha sido más que una entelequia. Así que si
se persiste en el solo, habrá que
vérselas a cara de perro con Bruselas y, por supuesto, con Madrid.
El paralelismo entre Escocia y Cataluña
afectaba desde los argumentos historicistas a, casi, el fetichismo de fechas:
Escocia habría perdido su “independencia” tan solo siete años antes (1707) que
Cataluña (1714). Aciagos años los primeros del siglo XVIII. Aunque es tan falsa
una afirmación como la otra, hay una diferencia fundamental: Escocia, con sus
más y sus menos, fue un reino separado e independiente hasta 1603 (como veremos
enseguida), mientras que Cataluña no reunió nunca esas condiciones. El único
período de real independencia se limitó al de la república forzada por Claris,
después del “Corpus de sang”. Durante siglos Cataluña no fue más que una serie
de condados ligados feudalmente al soberano francés, condición de la que los
libera Jaime I al firmar el tratado de Corbeil con Luis IX de Francia (1258).
El mismo Jaime I es el que daría entidad de
jure a lo que después se llamaría Principado de Cataluña, al convocar las
primeras cortes. Pero centrémonos en Escocia: ¿de verdad fue independiente
hasta 1707 como sostiene la propaganda del SNP?
Veamos. En 1603 muere sin descendencia
directa Isabel I, la última Tudor. Aplicando la ley de sucesión, que estipulaba
que debía entronizarse el pariente más próximo de religión reformada, fue
proclamado rey de Inglaterra Jacobo VI de Escocia, con el nombre de Jacobo I,
quien tan solo un año después adoptaría el título rey de la Gran Bretaña. La
corona de Escocia desaparece para siempre. A ese soberano se debe el primer
símbolo de la unión, la primera “Union Jack” (Jack del latín Jacobus), como
superposición de las cruces de San Andrés y San Jorge (banderas de Escocia e
Inglaterra, respectivamente).
Durante las guerras entre Carlos I y el
parlamento inglés, los escoceses intervienen en apoyo del rey, que favorece el
presbitianismo, predominante en Escocia. Luego, durante su república, Cromwell
fuerza la unión parlamentaria de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Con la
restauración se volvió a la situación de tres parlamentos separados.
¿Qué implica pues el Act of Union de 1707? Fundamentalmente,
la unión parlamentaria. Escocia pierde su parlamento, pero Inglaterra también
ve desaparecer el suyo (que todavía no ha recobrado).Por supuesto que por
razones demográficas, ambas cámaras (Comunes y Lores) del parlamento de la Gran
Bretaña se constituyen con predominio inglés. ¿Se puede entonces decir que
Escocia fue independiente hasta 1707? Eso sería equivalente a asumir que lo
volvió a ser desde que consiguió un parlamento propio en 1998 , o que Irlanda
fue independiente hasta 1802, cuando también pierde su legislatura, aunque
sigue existiendo como reino separado. Me gustaría saber qué pensaría un
irlandés de esa última afirmación.
Otra prueba palpable de lo dicho es que
desde la unión de coronas de 1604, Escocia no tuvo política exterior propia.
Dejó de ser la tradicional aliada de Francia (Auld
Alliance o Vieille
Alliance) contra el poder de Londres. Un ejemplo. María Estuardo estuvo casada con el
rey francés Francisco II, que murió adolescente; si la pareja hubiera tenido
descendencia, hubiera podido haber un único soberano para Escocia y Francia. A
partir de aquel momento Edimburgo fue partícipe de la expansión imperial de
Londres. Esa fue precisamente una de las razones de la unión parlamentaria. Eso
y la quiebra económica provocada por una aventura colonial autónoma en el istmo
de Darién (actual Panamá). Y sin duda la asunción del protestantismo por los
escoceses fue también muy determinante para que su país basculara hacia
Inglaterra.
Gran parte de la información que se ha
divulgado en Cataluña sobre las historia de Escocia, en los últimos meses, es
pues pura tergiversación. En la misma línea, si los escoceses hubieran votado
por la secesión, el soberanismo catalán
le hubiera dado la máxima importancia al hecho. Como no ha sido así, la
versión oficial es que no tiene por qué influir en el “procés” catalán. Tal y así lo dijo Artur Mas no hace muchos días. Lo
de siempre: si el chico es listo, se parece al padre; si sale tonto, la culpa
es del maestro.
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