domingo, 28 de septiembre de 2014

Escocia: el gozo en un pozo (por Adrià Casinos)

La llave escocesa para abrir la puerta de la Unión Europea a otros territorios secesionistas, no ha sido más que una entelequia. La versión oficial es que no tiene por qué influir en el ‘procés'. Lo de siempre: si el chico es listo, se parece al padre; si sale tonto, la culpa es del maestro


Pues los escoceses se han rajado. El anunciado duetto de tenora y gaita se va a convertir, en el mejor de los casos, en un solo. La llave escocesa para abrir la puerta de la Unión Europea a otros territorios secesionistas, no ha sido más que una entelequia. Así que si se persiste en el solo, habrá que vérselas a cara de perro con Bruselas y,  por supuesto, con Madrid.



El paralelismo entre Escocia y Cataluña afectaba desde los argumentos historicistas a, casi, el fetichismo de fechas: Escocia habría perdido su “independencia” tan solo siete años antes (1707) que Cataluña (1714). Aciagos años los primeros del siglo XVIII. Aunque es tan falsa una afirmación como la otra, hay una diferencia fundamental: Escocia, con sus más y sus menos, fue un reino separado e independiente hasta 1603 (como veremos enseguida), mientras que Cataluña no reunió nunca esas condiciones. El único período de real independencia se limitó al de la república forzada por Claris, después del “Corpus de sang”. Durante siglos Cataluña no fue más que una serie de condados ligados feudalmente al soberano francés, condición de la que los libera Jaime I al firmar el tratado de Corbeil con Luis IX de Francia (1258). El mismo Jaime I es el que daría entidad de jure a lo que después se llamaría Principado de Cataluña, al convocar las primeras cortes. Pero centrémonos en Escocia: ¿de verdad fue independiente hasta 1707 como sostiene la propaganda del SNP?
Veamos. En 1603 muere sin descendencia directa Isabel I, la última Tudor. Aplicando la ley de sucesión, que estipulaba que debía entronizarse el pariente más próximo de religión reformada, fue proclamado rey de Inglaterra Jacobo VI de Escocia, con el nombre de Jacobo I, quien tan solo un año después adoptaría el título rey de la Gran Bretaña. La corona de Escocia desaparece para siempre. A ese soberano se debe el primer símbolo de la unión, la primera “Union Jack” (Jack del latín Jacobus), como superposición de las cruces de San Andrés y San Jorge (banderas de Escocia e Inglaterra, respectivamente).
Durante las guerras entre Carlos I y el parlamento inglés, los escoceses intervienen en apoyo del rey, que favorece el presbitianismo, predominante en Escocia. Luego, durante su república, Cromwell fuerza la unión parlamentaria de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Con la restauración se volvió a la situación de tres parlamentos separados.
¿Qué implica pues el Act of Union de 1707? Fundamentalmente, la unión parlamentaria. Escocia pierde su parlamento, pero Inglaterra también ve desaparecer el suyo (que todavía no ha recobrado).Por supuesto que por razones demográficas, ambas cámaras (Comunes y Lores) del parlamento de la Gran Bretaña se constituyen con predominio inglés. ¿Se puede entonces decir que Escocia fue independiente hasta 1707? Eso sería equivalente a asumir que lo volvió a ser desde que consiguió un parlamento propio en 1998 , o que Irlanda fue independiente hasta 1802, cuando también pierde su legislatura, aunque sigue existiendo como reino separado. Me gustaría saber qué pensaría un irlandés de esa última afirmación.
Otra prueba palpable de lo dicho es que desde la unión de coronas de 1604, Escocia no tuvo política exterior propia. Dejó de ser la tradicional aliada de Francia (Auld Alliance o Vieille Alliance) contra el poder de Londres. Un ejemplo. María Estuardo estuvo casada con el rey francés Francisco II, que murió adolescente; si la pareja hubiera tenido descendencia, hubiera podido haber un único soberano para Escocia y Francia. A partir de aquel momento Edimburgo fue partícipe de la expansión imperial de Londres. Esa fue precisamente una de las razones de la unión parlamentaria. Eso y la quiebra económica provocada por una aventura colonial autónoma en el istmo de Darién (actual Panamá). Y sin duda la asunción del protestantismo por los escoceses fue también muy determinante para que su país basculara hacia Inglaterra.

Gran parte de la información que se ha divulgado en Cataluña sobre las historia de Escocia, en los últimos meses, es pues pura tergiversación. En la misma línea, si los escoceses hubieran votado por la secesión, el soberanismo catalán  le hubiera dado la máxima importancia al hecho. Como no ha sido así, la versión oficial es que no tiene por qué influir en el “procés” catalán. Tal y así lo dijo Artur Mas no hace muchos días. Lo de siempre: si el chico es listo, se parece al padre; si sale tonto, la culpa es del maestro. 

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