miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sr. Duran i Lleida, ¿dónde está el dinero? (Por Carlos Jiménez Villarejo)

Dos formaciones que se proponen salvar a Cataluña de una supuesta catástrofe financiera, UDC y CiU, están sumidas en un cataclismo económico a causa de su desastrosa gestión económica. Sólo salen adelante gracias a su estrecha alianza con los poderes financieros. Su nivel de endeudamiento es muy superior al del resto de partidos políticos catalanes y españoles


Como es sabido, el Tribunal de Cuentas (TCU), por fin, ha actualizado su información sobre las cuentas de los partidos políticos en los ejercicios 2009-2011. Ha sido, sin duda, consecuencia de la presión de la opinión pública ante las permanentes noticias sobre la financiación irregular del PP y su contabilidad B.
Pero hoy deseamos resaltar el estado de las cuentas de uno de los partidos que gobiernan Cataluña: Unió Democrática (UDC). Porque parece advertirse un elevado grado de opacidad que, siguiendo el análisis del TCU, podríamos calificar de deliberado. Eso sí, mientras participa, con mayor o menor intensidad, en el confuso proceso sobre el llamado derecho a decidir. Derecho que debería haberse dedicado hace tiempo a sanear las oscuras cuentas del partido; porque ciertamente, no se sabe muy bien quien “decide” en dicha formación, si sus dirigentes o sus acreedores. Por otra parte, el TCU continúa ocultando cuales son las entidades de crédito que tan generosamente financian a los partidos y especialmente a UDC.



Llama poderosamente la atención el elevadísimo grado de endeudamiento financiero de UDC:
2009                                            13.602.518,27 euros
2010                                            14.110.547,27  euros
2011                                            16.276.780,13  euros
Ello refleja una actividad política y electoral que, por razones que desconocemos, está muy por encima de su capacidad económica y genera una subordinación respecto de los poderes financieros.
Pero además el TCU describe una operación en la que es preciso detenerse. En el ejercicio 2011 UDC, “concertó una operación crediticia" por importe de 5.847.338,74 de euros, con la que se canceló una operación de 3,6 millones de euros de principal y 1.085.457,19 de euros por intereses devengados y no vencidos, intereses de demora y comisión de cancelación. Sin embargo, el día siguiente a la concertación de la citada operación crediticia, la entidad financiera realizó un abono de 489.170,50 de euros a favor del partido sin que el partido haya facilitado el motivo de este abono.  En el extracto bancario figura como "regularización operación préstamos".
Sin que se haya aportado documentación suficiente sobre la citada operación de “refinanciación”, continúa el TCU, UDC ha incumplido lo dispuesto sobre los acuerdos de los partidos "respecto de las condiciones de la deuda mantenida con entidades de crédito". Aunque en el texto donde el TCU  describe dicha operación no es precisamente un modelo de información transparente, es decir inteligible para cualquier ciudadano, según expertos consultados, parece deducirse que UDC ha conseguido de una entidad de crédito que el TCU no precisa, un crédito de 4,3 millones con el que ha cancelado otro por el que debía en total 4,7 millones y la diferencia la ha cancelado con cargo a  una misteriosa "regularización operación préstamos", de alcance desconocido, operación que, si no se justifica debidamente podría encubrir una donación. Donación que, de ser cierta, estaría absolutamente prohibida. Es Duran i Lleida quien debería aclarar algo que ni el TCU es capaz de exponer con nitidez.
Pero el TCU desvela un dato más que podría vincularse a supuestos de corrupción y que en los respectivos Parlamentos debería aclararse, con independencia de que la Fiscalía actuase. El TCU dice que “Dos de los donantes (a UDC por un importe total de 270.000 euros) tenían contratos suscritos o percibían subvenciones de las Administraciones Públicas, incumpliendo lo establecido en el Art. 4.2.c) de la Ley Orgánica de Financiación de Partidos”.

¿Está recibiendo Unió Democrática de Cataluña (UDC) donaciones similares a las investigadas y perseguidas por el caso Gürtel? ¿Quiénes son los donantes y qué contraprestación han recibido?


Las preguntas que se plantean son obvias. ¿Son supuestos similares a las donaciones investigadas y perseguidas en el caso Gürtel? ¿Quiénes son los donantes y qué contraprestación han recibido?
Además de otras muchas irregularidades advertidas por el TCU, es muy preocupante que la sociedad civil catalana desconozca que uno de los partidos que gobierna Cataluña y la propia coalición gobernante -con la participación de Convergencia Democrática (CDC)-, están  absolutamente endeudados, muy por encima del resto de los partidos catalanes y españoles.
Mientras, malgastan el dinero público estudiando supuestos agravios procedentes de España el “patrimonio neto negativo” de ambos es el siguiente:
UDC                 2009          -8.044.676,69  euros
  2010          -10.239.151,31 euros
  2011          -11288.910,58 euros
CiU                   2009          -10.694.893,96 euros
  2010          -12.214.854,08 euros
  2011           -10.184.954,65  euros
Ello expresa que lo que deben es mucho mayor que lo que tienen. O dicho de otra manera, que su pasivo (las deudas con los bancos, con la seguridad social, con hacienda, etc.) es superior a su activo (el dinero que tienen, sus depósitos en los bancos, el valor de sus inmuebles, lo que le deben terceros, etc.). Concluyendo: son absolutamente insolventes.
Lo que quiere decir que ambas formaciones, que se proponen salvar a Cataluña de una supuesta catástrofe financiera, están sumidas en un cataclismo económico a causa de su desastrosa gestión económica de la que sólo salen adelante gracias a su estrecha alianza con los poderes financieros. Es urgente que los ciudadanos catalanes derroten democrática y definitivamente las proclamas soberanistas y derechistas y, por tanto, engañosas, de esos dirigentes. Porque ciertamente, esos ciudadanos saben o deben saber que, ante sus necesidades económicas más o menos perentorias, nunca recibirán de los Bancos el trato privilegiado que otorgan a los dirigentes de CiU y de UDC.

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