domingo, 17 de noviembre de 2013

Otra grieta grave del soberanismo: la seguridad (Por Carlos Jiménez Villarejo)

La Resolución del Parlament de 27 de Septiembre sobre el futuro de Catalunya es una suma de propósitos confusos y de manifiestos errores. Pero, sobre todo, pretende construir un llamado proceso de “transición nacional” a partir de una realidad, la actual, que expresa a un tiempo el desmantelamiento del Estado Social de Derecho y políticas autoritarias, es decir, describe un futuro que inspira temor a los ciudadanos demócratas.


El pasado 15 de Noviembre, el Juzgado de Instrucción nº 20 de Barcelona, con ocasión de la causa abierta contra varios Mossos por la violenta muerte de Juan Andrés Benitez en el Raval afirma que respecto al “delito contra la vida” que se persigue, se “estima clara y meridiana la implicación de todos los imputados” por lo que adopta medidas cautelares contra ellos. Es la última actuación contra la violencia policial de ese Cuerpo. Pero es una continuidad que viene de lejos. Entre los años 2008 y 2010, se incoaron contra los Mossos 605 procedimientos penales, por los que se celebraron 383 juicios orales. Los jueces y tribunales dictaron 355 absoluciones y 28 sentencias condenatorias. Son cifras oficiales y aterradoras, pese al bajo porcentaje de las condenas. Por todo ello, se adoptaron medidas para prevenir los abusos como, entre otras, la instalación de videocámaras en los centros de detención policial. Pero, sobre todo, se creó el Comité de Ética de la Policía que elaboró  el Código Ético de la Policía, aprobado el 17/11/2010, para favorecer la reacción ciudadana ante dichos abusos y, especialmente, regular con mas precisión y exigencia el cumplimiento de las funciones policiales con pleno respeto a los derechos fundamentales. Comité que debía formular un Informe Anual sobre el grado de aceptación y cumplimiento del Código. 

"Tras su triunfo electoral, CiU derogó el Código Ético de la Policía- aprobado en 2010 para favorecer la reacción ciudadana ante los abusos policiales- con un único fin: amparar  prácticas policiales lesivas de los derechos humanos"

Pero, tras el triunfo electoral de CiU, coalición a la que tanto apoya ahora ICV, el Conseller Puig, artífice de una política esencialmente represiva, el 26 de Enero de 2011 derogó el Código como muestra del rechazo a una concepción democrática del orden público.También para satisfacer las ansias revanchistas de los sindicatos policiales contra la aprobación de dicho Código. Y el Comité quedó en dique seco.

Las consecuencias no se hicieron esperar. Una escalada de violencia policial y un incremento de causas judiciales. Los ejemplos son incesantes. Noticias como ”Imputados tres mossos por la detención de un periodista”, ”a juicio dos mossos por golpear un motorista”, ”La muerte de un empresario enfanga otra vez a los Mossos” y así sucesivamente. La situación es tan grave que el Govern, por Decret 222/2013, de 3 de Septiembre, se ve obligado a crear un nuevo Comité de Ética de la Policía, eso sí, con unas funciones más limitadas que las del anterior, con “una naturaleza eminentemente asesora” sobre “materia de ética policial” y, con toda clase de precauciones, se le atribuye “Contribuir al impulso de las propuestas oportunas para la elaboración y actualización de la normativa deontológica policial y, si procede, a su codificación…”. Por si acaso, no caben mas reservas legales. Pero el agravamiento de la situación ha llevado a la Resolución parlamentaria ya citada, en su apartado XXVI-8 sobre “Seguretat”,  a referirse “al recién creado Comité de Ética de la Policía”, lo que evidentemente no responde a la verdad y, lo que aún resulta mas mezquino, encomendarle “la redacción del Código de ética de la Policía de Catalunya…” para fomentar “las buenas prácticas policiales”. Código ya existente y derogado por el  propio Gobierno de CiU con un único fin, como enseguida se comprobó, amparar  prácticas policiales lesivas de los derechos humanos. Ese es el llamado “Estado propio” al que aspiran. Los ciudadanos catalanes, democráticamente, lo impediremos.

4 comentarios:

  1. Carlos Jiménez Villarejo, como tantas veces, da en el clavo. En primer lugar hay que reivindicar a Saura como Conseller de Interior. Lidió con un puesto dificil y fue criticado por los maximalistas, pero hizo un buen trabajo.Ahora vemos las diferencias.
    La ironía del artículo con la posición de ICV actualmente es correcta. Verbalmente lo está criticando constantemente pero en la práctica está entrando en su juego con el "derecho a decidir".
    Gracias por el artículo.

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  2. Abans de crear noves estructures d'estat, hauríem de reflexionar sobre per què desmantellem les existents (sanitat pública, educació pública, habitatge públic) i per què destrossem les que ens queden: policia autonòmica, televisió pública. El "sobiranisme" no serveix per fer un país nou en l'Europa d'avui, però sí per tapar les protestes socials davant de tant d'abús de CiU (amb la crossa de sectors desorientats de l'esquerra).

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  3. És probable que el govern del tripartit hagués iniciat polítiques de control i supervisió de la policia, que de forma més o menys encertada haguessin començat a crear un control de les males pràctiques policials. CiU es va afanyar en donar carta blanca als cossos policials, i el resultat sembla evident. La impressiò que tenim és que la policia autonòmica actua al marge de tot i de tothom, constituïda definitament en una organització violenta fora del control democràtic.

    Es fa molt difícil comprendre que un cos armat i perillós com el dels Mossos d'Esquadra (imputat en tants casos) no entri dins del debat.No crec que es pugui cinstruir un país nous amb una policia tan penosa i lamentable.

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  4. Certament CiU està fent una gestió pèssima amb els mossos (i en molts altres àmbits). Això passa en una Catalunya autonòmica i, és clar, també podria passar en una Catalunya Independent. Per tant, les bones i les males polítiques no tenen tant a veure amb l'estatus polític de Catalunya sinó amb les capacitats i voluntats dels qui governen (i els que són governats).

    Però jo no tinc por a una Catalunya independent. Per què tenir-ne? És que potser els catalans som pitjors que qualsevol altra comunitat humana que s'organitza en un estat? No ho crec. En canvi, sí que estic convençut que una Catalunya independent ens exigirà molt més perquè el ventalls de l'acció política s'amplia de forma important. Un repte apassionant.

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