En un reciente intercambio de mensajes os dije que
la lectura de la ponencia presentada a la Conferencia del PSOE me había
producido desolación. Vaya una vez más por delante que voto socialista y que
deseo todo lo mejor para su actuación política, sobre todo pensando en el
camino al infierno en que consiste últimamente la política de Rajoy, Wert,
Botella & Co. Después de la conferencia no sé ya que decir. Tal vez es
mejor callar y esperar a que se tomen la política –no la supervivencia del
grupo dirigente- en serio.
La estrella de la mañana ha sido la intervención de
Susana Díaz. Nadie ha puesto luego de relieve la fenomenal estupidez que
supone, en términos políticos, la apasionada declaración de amor a los socialistas
catalanes, al no ir a acompañada de una sola idea. “Vamos todos juntos…”. Pero,
¿adónde?
Parece que Pere Navarro se baja del autobús que
lleva a la consulta. ¿Por qué ahora y no antes? Todo se cuece fuera de la
mirada del público, mientras en la ponencia se insiste una y otra vez en la
participación como clave de éxito del PSOE. Rubalcaba habla luego con Durán
sobre la necesidad del “diálogo”. ¿No sería útil preguntarse primero sobre qué
se va a dialogar/negociar?
El PSOE desenterró en Granada su federalismo y la
opción, bien desarrollada, no se encuentra, a mi juicio, condenada de antemano
al fracaso. Como sabemos, nada se ha hecho aprovechando la Conferencia, más
allá de proclamar la simpleza de que el Estado federal garantiza un poder fuerte
y el respeto de la diversidad al mismo tiempo. Hace un año, preguntado por el
tema, Rubalcaba se escapó diciendo que ya el PSOE tenía un comité federal;
ahora insiste recordando las veces que el término “federal” figura en los
Estatutos del partido. En suma, peor que nada.
El tema no es secundario hoy ni para España ni para Cataluña. Es preciso que los socialistas se mojen precisando las líneas maestras, y apuntando solución a los temas espinosos, para que su profesión de fe federal sea creíble. Es preciso que abran un debate, llegado el caso, sobre ese proyecto.
De seguir el camino actual, con el federalismo convertido en el escaparate de una operación de marketing político, por mucha “discrepancia pactada” que actúe en la sombra, el resultado no puede ser otro que la incapacidad para ofrecer a los ciudadanos una elección racional. Las irracionales ya están sobre la mesa.
El tema no es secundario hoy ni para España ni para Cataluña. Es preciso que los socialistas se mojen precisando las líneas maestras, y apuntando solución a los temas espinosos, para que su profesión de fe federal sea creíble. Es preciso que abran un debate, llegado el caso, sobre ese proyecto.
De seguir el camino actual, con el federalismo convertido en el escaparate de una operación de marketing político, por mucha “discrepancia pactada” que actúe en la sombra, el resultado no puede ser otro que la incapacidad para ofrecer a los ciudadanos una elección racional. Las irracionales ya están sobre la mesa.
Por mi parte he de decir de entrada que nunca, que recuerde, he votado socialista. Ni en Cataluña ni en España ni en las elecciones municipales ni europeas. Otra cosa es que pienso que en este país ( no en Grecia, ni en Portugal, por ejemplo) un frente de izquierdas debe contar con el PSOE.
ResponderEliminarEl Congreso al PSOE me ha parecido también un brindis al aire. Respecto al tema concreto del federalismo estoyd e acuerdo con Antonio Elorza. ¿ Defiende el PSOE un federalismo plurinacional o no ? ¿ Si es plurinacional cuale son las naciones en liza ? Personalmente pienso que hay que pensar una estructura federal al margen del imposible debate sobre las naciones. Pero hay que mojarse. El lo mínimo que se puede hacer en este tema para recuperar la credibilidad política.
Le puede llamar como usted considerar la bse que usted quiera para constiytuir los estados federados. Pero hay realidades políticas dificiles de capear sopena de generar grandes dificultades.
EliminarTampoco quien suscribe este comentario ha votado nunca al partido socialista, pero justo es reconocer que en el terreno federal han avanzado desde julio como nunca en estas tres últimas décadas. Si preguntásemos a otras fuerzas políticas con pedigrí federalista, tampoco definirían con meridiana claridad su postulado. Creo que no se puede pedir peras al olmo, nada cambia de la noche al día. Estamos en un proceso en el que la aportación de colectivos como FdE tiene mucho que decir. Habrá que escucharse, unos a otros, y establecer consensos para construir algo verdaderamente alternativo, viable y perdurable.
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